Entrevista a Juan García Bonilla
Juan García Bonilla (Linares, Jaén, 2000) hizo la maleta a los 16 años para venirse a la Universidad Carlos III de Madrid con el objetivo de cursar el grado en Ingeniería Aeroespacial. Un periplo que ha desembocado en su fichaje en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA en California, apenas 6 años después de comenzar su carrera universitaria. Tras un periodo de prácticas, Juan forma parte de uno de los lugares pioneros en la investigación y desarrollo de tecnología espacial.
En esta entrevista el alumni de la UC3M nos habla de toda esta trayectoria que le ha llevado a cumplir el sueño de dedicar su vida a la ciencia y a la ingeniería por el bien de la comunidad científica en el complejo y competitivo mundo aeroespacial.
¿Cómo fue ese primer momento en el que llegas a la Universidad Carlos III de Madrid?
Fue una aventura porque no sólo fue empezar a estudiar en la universidad, sino también venir a Madrid desde una ciudad como Linares que tiene 60.000 habitantes. Me instalé en la residencia Fernando Abril Martorell y enseguida me sentí como parte de una gran familia de 300 espartanos.
Si vuelves la vista atrás, con la perspectiva de este poco tiempo que ha transcurrido desde que te licenciaste ¿cómo ves ahora tú paso por la UC3M?
Siempre me viene a la cabeza la residencia de estudiantes. Cuando me preguntan qué universidad recomendaría para hacer una ingeniería yo siempre digo la Carlos III y si me preguntan qué destacaría de la Carlos III yo siempre digo que el programa de movilidad, que me cambió la vida, y la residencia, que me hizo la estancia en la universidad muy feliz. Me lo pasé superbien y en ella hice amigos que todavía duran. También valoro positivamente la posibilidad que tuve de investigar junto a Manuel Sanjurjo y a uno de sus estudiantes de doctorado: me aportó mucho a nivel académico y profesional y me ayudó a descubrir que quería ser investigador.
Cuando te gradúas, empiezas a completar tu formación en el extranjero gracias a varios programas de becas, ¿qué supuso para ti esa ayuda?
Fue fundamental y el principio de todo surgió por ir a Georgia Tech, gracias al programa de movilidad de la Carlos III, y que me sirvió porsteriormente para acceder a la beca de La Caixa. Presentarte a un proyecto tan competitivo como el de La Caixa y poder decir que has estado en Georgia Tech, una de las mejores universidades aeroespaciales americanas, y haber obtenido buenas notas, fue como un sello de calidad. También obtuve la beca del Ministerio para hacer estudios durante la tesis gracias a la cual pude publicar la que hice bajo la dirección de Manuel Sanjurjo. En resumen puedo decir que gracias a la beca de movilidad de la UC3M me dieron la de La Caixa con la que pude hacer prácticas en la NASA y a partir de esas prácticas he conseguido el trabajo en el JPL. Para mi fue muy importante y es que además, año tras año, la Carlos III es la que más becas de La Caixa obtiene para sus estudiantes.
Tu tesis fue sobre exploración espacial ¿qué investigaste en ese entorno?
Mi tesis iba sobre velas solares. Para que os lo imaginéis son como un papel de aluminio gigante muy finito pero que reflecta y cuando la luz impacta contra el papel crea un poco de fuerza. Es como si estuviésemos navegando en el mar, pero con unas velas que aprovechan la luz solar.
¿Qué es el Jet Propulsion Laboratory y cómo llegas allí?
Es un centro único. Pertenece a la NASA, está financiado por la NASA pero está gestionado por Caltec.
Es raro que la NASA o un centro de este tipo acepte prácticas internacionales, incluso para gente de Estados Unidos, pero tenían un programa muy específico en el que si tú aportabas tu propio funding, es decir, demostrar que alguien te había pagado beca para estudiar o trabajar con ellos, te podían aceptar. Me enteré de este programa, hablé con los de La Caixa para ver si podían ser ellos los que me financiaran y así me pude venir a hacer las prácticas.
¿Cómo es tu trabajo allí, como es un típicodía en la NASA?
Como en cualquier centro de trabajo. Entro a las 6 o 7 de la mañana, y hacemos una jornada normal. La principal diferencia es que a todos nos gusta mucho nuestro trabajo. La gente que está aquí es porque de verdad le importa y cree en la misión. Es gente muy buena, nunca sientes que eres la persona más inteligente en una habitación, lo cual es algo muy excitante. Hay muy buen ambiente, estamos en ese punto en el que no somos ni una industria ni tampoco somos academia, es otro entorno diferente. Hay mucha colaboración, se crean espacios y condiciones para hablar con otras personas, aunque no estén trabajando en lo tuyo, para ver si surgen ideas. Nos dan mucha libertad para investigar lo que nos apetezca al margen de nuestras tareas… todo esto hace que sientas que estás en un sitio único.
¿Hay diferencias en la forma de trabajar e investigar en una agencia americana con respecto a las europeas?
Aquí en general se centran en hacer piña con otros investigadores, en tener un espacio adyacente a tu laboratorio en el que te sientas con tus colaboradores. Te animan a que hables con gente que no está trabajando en tu mismo proyecto, te dan una hora para el café y para otras actividades que permitan la comunicación con otras personas del centro. Generan un buen ambiente de trabajo que luego permite colaborar mejor. En Europa la investigación es más solitaria: estás en tu biblioteca o en tu despacho y te reunes una vez a la semana para hablar de los proyectos.
En concreto, en este momento ¿sobre qué estás investigando, en qué trabajas en el JPL?
Estoy trabajando en una rama diferente al objeto de mi tesis. Formo parte de un equipo que está desarrollando un software llamado DARTS. Es un software de simulación de robótica que se usa para modelar misiones. Te pongo ejemplos de su aplicación: queremos hacer una misión a una luna de Saturno, queremos modelar un Rover en Marte, queremos averiguar cómo interaccionan las ruedas del Rover con el suelo, queremos averiguar como interaccionan las partes de un helicóptero con la atmósfera de Marte… todas esas cosas son muy complicadas de testear con hardware, entonces lo primero que hacemos es una simulación, una versión en ordenador, que nos permite tener un poco un análisis previo.
Esto trasciende un poco de tu interés por los satélites, que siempre te han interesado. ¿Qué opinas de este tema, del ecosistema de satélites tanto públicos como privados que tenemos en el espacio?
Lo que me atrajo de los satélites y de las misiones espaciales en general es la complejidad que tiene todo lo relacionado con el espacio, un sitio en el que no deberíamos estar. Pero hay mucha gente, muchos países, mucha pasión, mucho dinero, muchas horas de ciencia, ingeniería y burocracia detrás de estos proyectos para hacerlos realidad. Son proyectos complicados y algunos solamente se hacen por el interés científico, o de exploración o por la curiosidad humana. Eso fue lo que me apasionó y me sigue apasionando ahora. Por eso estoy en un centro público de investigación. Las nuevas formas de exploración del espacio me parecen una evolución natural del campo. No vamos a poder estar en el espacio por el puro interés de la ciencia, pero yo personalmente prefiero trabajar en este sector más público y más científico.
¿Te planteas trabajar en organismos europeos como la Agencia Espacial Europea o la recientemente creada Agencia Española Espacial
Acabo de empezar mi carrera profesional y es muy difícil vaticinar donde estaré dentro de veinte años. Pero por supuesto que la Agencia Espacial Europea siempre fue un sueño para mí, antes de la NASA. De hecho intenté hacer mis prácticas allí y no me cogieron, así que tuve que cruzar el charco. Pero su trabajo es increíble. He tenido el privilegio de hablar con muchos de mis amigos de la universidad que están trabajando con ellos y con gente que ocupa puestos de dirección y tienen la misma pasión que tenemos aquí por el uso del espacio. Y respecto a la Agencia Espacial Española, pues tengo muchas ganas de ver que es lo que hacen, si empiezan a tener proyectos chulos lo mismo vuelvo a casa antes de lo que esperaba.
¿Tú idea es la de volver a España en algún momento o das por descontado que por tu profesión, quizá tu vida se plantea fuera de nuestro país?
De momento voy a tener que estar fuera del país. La experiencia que estoy adquiriendo aquí no se puede comparar con otra en ningún sitio, pero en mi cabeza tengo planeado que cuando quiera asentarme un poco más, crear una familia, yo creo que será en España. Sería cuestión de encontrar algún proyecto que me apasione en el entorno europeo. El espacio cambia mucho de año en año, quizás en diez años hay proyectos en España que ahora no creemos que puedan existir.
Mientras tanto, ¿cómo es el Juan García que trabaja en la NASA, que cosas te interesan además de tu trabajo?
Es un momento muy interesante para mí, no solo profesionalmente, también desde el punto de vista personal. Es un cambio grande: no solo he cambiado de país, he salido de un sitio en el que tenía mi pequeña familia fuera de la familia en la que nací, con todos mis amigos con los que comía paella todos los domingos, gente con la que me apetecía estar. De repente cambio todo eso, todo lo de Europa por California, un lugar en el que no se puede ir en bici a los sitios, con gente muy diferente. Ahora estoy un poco descubriendo y viendo qué me gusta de América y cómo tengo que cambiar para adaptarme aquí. Invierto mi tiempo libre en tratar de conocer gente. Aprovecho para ir a bares siempre que puedo, después del trabajo intento invitar a alguien a tomar un café. Me apetece conocer mucha gente y saber cómo son aquí en California.
¿Quienes son tus referentes, qué personas te han inspirado en toda tu trayectoria?
Voy a empezar por mis padres. Mi madre tiene un sentido de la ética y de la preocupación y del sacrificio por otras personas que creo que me ha inspirado un poco a dedicar mi vida a la ciencia y a la ingeniería por el bien de la comunidad científica. De mi padre he aprendido no solo la pasión por el trabajo, no solo el ejemplo de ser un buen trabajador sino serlo porque te gusta tu trabajo. Aunque tenemos vocaciones distintas, viendo la pasión que él tenía por su trabajo, me llamó a buscar algo que me apasionara de igual manera.
Aún me acuerdo de un profesor en primaria que cuando acababa las tareas antes me invitaba a jugar al ajedrez, fue alguien que me sacó un poco del contexto normal y que me decía, “ya que has acabado tus tareas antes, vamos a intentar hacer algo más”. Me empujó a plantearme asumir retos. En el instituto tuve un coordinador, un psicólogo-coordinador que me llevó el proceso de aceleración y que siempre creyó en mí, no solo en mis capacidades más intelectuales, sino también en desarrollar mis capacidades espaciales para poder encajar en todos los sitios en los que me he movido. Mi profesora de matemáticas, que era la directora de mi instituto y siempre me trató con mucho cariño y que se preocupó por que triunfase… Hay mucha gente, mucha gente que no solo me ha ayudado, sino que además me ha inspirado y me ha transmitido que hay gente buena y que merece la pena esforzarse en tu trabajo.
Y si tú ahora tuvieras que aconsejar a ese alumno de primero que tú fuiste alguna vez, ¿qué le dirías para afrontar este periplo universitario?
Sobre todo que se lo pase bien. Si pude afrontar todos los retos que tuve durante la carrera fue porque mientras los estaba haciendo me lo estaba pasando bien y para mí era un disfrute. Así que le diría que no se preocupe tanto por las notas al principio, que es más importante hacer amigos y hacer contacto incluso con los profesores, porque al final vale más poder confiar en alguien para hacer prácticas de laboratorio o pedir apuntes, que tres décimas más o tres décimas menos en el examen. Y que intenten aprovechar todas las oportunidades que tengan, aunque piensen que no les va a salir o no les va servir de nada. Lánzate, que seguro que al final algo sale.
Apariciones en prensa
20 Minutos. 25.11.2023
Juan García Bonilla, el español que con 22 años ya trabaja para la NASA: «No doy crédito, me levanto ilusionado todas las mañanas».
Canal Sur. 03.11.2023
Juan García, un joven linarense que trabaja en la NASA
El Mundo. 27.10.23
Juan García, el ‘cerebro’ español de 22 años fichado por la NASA: «No sólo quieren un perfil técnico muy bueno, se valora el carácter y que sepas trabajar en equipo»
El Español. 17.08.2023
El gran futuro de Juan García, el ‘baby’ de Linares que trabajará para la NASA con 22 años
Huffpost. 10.11.2023
Con 22 años y ya en la NASA: así es Juan García, el ingeniero español que deslumbra al mundo
ABC de Andalucía. 02.11.2023
Ideal. 30.09.2023
Telecinco. 06.11.2023
La Voz del Sur. 1.11.203
De Linares a la NASA con solo 22 años para trabajar en la simulación de misiones espaciales